Contar sin parar

24 abril 2006

Mari Trini

Yo no soy esa que tú te imaginas, una señorita tranquila y sencilla …. Sí, no, esa no soy yo.

Esa no soy yo, repite dos o tres veces mientras se mueve al ritmo de la música. Se mira en el espejo interior de la puerta del armario, y con el mando a distancia por micrófono emula aquellos días de galas de Tv y actuaciones en salas de fiestas.

Hoy ha ido a hacer la compra y se ha topado de bruces con los manteros, los mismos que merodean alrededor del locutorio de la esquina. Su postura oficial es el rechazo absoluto a la piratería que hace que artistas como ella no dispongan de medios para grabar un nuevo disco, pero cuando pasa a su lado no puede evitar mirar lo que tienen expuesto, parapetada tras sus gafas de sol que sirven más para ocultar las ojeras que para preservar su anonimato, mira con cierto desdén. Casi se le caen los biscotes cuando se ha parado en seco al ver su disco recopilatorio. Ha soltado las bolsas en el suelo, se ha agachado y lo ha cogido. Incapaz de articular palabra –mezcla de asombro, indignación, pero sobre todo halagada – se quita las gafas de sol en un gesto teatral de gran diva, fulmina al vendedor con la mirada, coloca la portada del cd al lado de su cara, lo mete en una de las bolsas, las coge y se va, unos centímetros más alta de lo que era hace un momento. El mantero no hace preguntas, ha estado viendo la escena y no sabe muy bien de qué iba, pero ha aprendido que es mejor no meterse en líos.

Lo primero que hizo al llegar a casa fue poner el cd, servirse una copa, coger lo primero que tenía a mano y rememorar viejos tiempos. Ahora se ha sentado, con una copa en una mano y un cigarro en la otra, mira el cd de arriba abajo, asombrada de la calidad de la reproducción. Piensa rápido, todos estos años de olvido profesional y soledad le han dado agilidad mental. Tiene un plan.

Hay dos cosas que una mujer famosa nunca borra de su memoria: el número de la chica que le hace la depilación a domicilio y el número de un periodista amigo, al menos. Después de arreglar una cita con la primera, Mari Trini marca el número del segundo.

- ¿Jesús? Soy la Mari.

- Mari ¿Trini? Chica, ¿qué es de tu vida?

- ¿Puedes venir esta tarde, nos tomamos algo y te cuento?

- Bueno, hoy tenía la presentación del niño de Inés Sastre, a quien, por cierto, ya conocí yo en 1984 y no me dio buena espina … pero venga, sí. ¿A las 7 te va bien?

- Perfecto, hasta esta tarde.

Jesús y Mari Trini están de pie al lado de la puerta, despidiéndose después de dos horas largas de conversación. Él la mira de tanto en tanto con un poco de extrañeza, le cuesta reconocer a la mujer con la que ha estado conversando, pero recordando los buenos momentos, esas sombras desaparecen y pasa por alto ese instinto profesional que le dice que trama algo.

- Entonces, quedamos en eso, tú me consigues una participación en Pasapalabra y yo me ocupo de que me hagas fotos con alguien nuevo, alguien que me devuelva a la palestra.

- Chica, no sé qué tienes con Pasapalabra, pero vale, no creo que sea difícil. Todavía tienes un nombre, ni siquiera creo que necesites esas fotos para que te llamen, claro que no seré yo quien te diga que no…

El lunes siguiente, los programas de cotilleos avanzan la noticia: Pipi Estrada tiene una nueva acompañante, un vídeo de investigación le muestra cogido del brazo de Mari Trini por las calles de Madrid.

- ¿Mari?

- ¿Jesús?

- Menudo bombazo nena, pero dime ¿cómo le has convencido?

- Ay; Jesús, tú que me conoces bien, no deberías subestimar mis encantos, jajaja. Ya sabes que puedo ser muy persuasiva.

Mari Trini se prepara días más tarde para el momento en que un coche de producción la recoja para ir al plató de Pasapalabra. Durante estos días, mientras urdía su plan, se ha dejado parte de sus ahorros en tratamientos de belleza, spas, peluquería, nuevo vestuario y todo lo necesario para hacer una reaparición estelar en Tv. Ahora los comerciantes del barrio la reconocen detrás de sus gafas de sol, le reservan la mejor mercancía o la cuelan para que no tenga que esperar su turno; los vecinos que la han ignorado durante todos estos años se deshacen en halagos y preguntas sobre sus futuros planes. Mari Trini está en casa, saboreando un whisky y la vuelta de la popularidad con idéntica satisfacción.

La grabación del programa transcurre con normalidad, con los habituales piropos de guión del presentador, los chascarrillos con los dobles sentidos de las palabras y los concursantes que aspiran a un poco de popularidad en su entorno sin tener que pasar por un reality. Mari Trini habla distendidamente con el productor del programa en un descanso de la grabación. A ojos de un espectador no informado, se diría que Mari Trini está coqueteando con el productor, mientras el presentador y algunos de los participantes salen fuera del plató a fumarse un cigarro. A falta de cinco minutos para retomar la grabación, Mari Trini se dirige satisfecha hacia el camerino de invitados y coge el bolso grande con el que ha acudido al programa, con la excusa de llevar unos regalos para algunos miembros del equipo.

Sentados de vuelta en el decorado, los participantes esperan pacientemente el momento en que el regidor dé la orden para retomar la grabación. Pero algo está sucediendo detrás de las cámaras: miembros del equipo corriendo de un lado a otro, gritos del productor hacia el director, gritos del director hacia sus subordinados, maquilladoras que no saben qué hacer con los invitados, un notario realizando laboriosamente un escrito que presenta al productor para que estampe su firma, nervios, caos, ansiedad… La grabación nunca se retomará.

Sol, brisa marina, tumbonas con dosel, mojitos y de fondo una canción: Yo no soy esa que tú te imaginas, una señorita tranquila y sencilla…. Un fornido empleado del hotel se dirige a la tumbona, con un maletín de manicura y se sitúa a los pies de Mari Trini dispuesto a realizarle la pedicura mientras otro empleado le masajea los hombros y un mulato, profesional del acompañamiento de mujeres maduras, le reparte crema bronceadora con delicadeza en su recién liposuccionado vientre. Una televisión portátil, sin sonido, escupe imágenes de las noticias desde España, se alternan imágenes de la última aparición de Mari Trini, imágenes de archivo de Pasapalabra, un símbolo del euro en la pantalla y una cifra a modo de subtítulo de la noticia: dos millones.

Mari Trini sonríe, ordena que apaguen el televisor, sube el volumen de la música con el mando a distancia y repite el estribillo:

Sí, no, esa no soy yo, esa no soy yo...

8 Comments:

At mar abr 25, 05:13:00 a. m. 2006, Blogger Sr Vodka said...

madre... mañana lo leo

 
At mar abr 25, 03:25:00 p. m. 2006, Blogger Coda said...

Por qué, se me ha caido, una estrella el jardín... me encanta

So puto que nos quieres esconder tus habilidades escribidoras!!
me alegra que al fin te hayas dedicido a contar, pero te cuidado que esto engancha y acabarás contándonos lo que excuecen las zurraspas cuando llevas dos días sin cambiarte de calzoncillos... jajaja

 
At mar abr 25, 08:04:00 p. m. 2006, Blogger Alvo said...

Anda que no es lista ni nada Mari Trini.Además el concurso con más bote XD
Ziippi, qué bien escribes chikillo; da gusto leerte.
¿Y qué pasará en el próximo episodio?¿a qué estrella del pasado le tocará contar sus experiencias?:)
Saludillos.

 
At mar abr 25, 08:44:00 p. m. 2006, Blogger zarevitz said...

Escribes de maravilla. Al final no me entero bien de cómo o por qué se ha llevado el dinero. ¿Lo gana en el concurso, lo roba, se acuesta con el productor y éste se lo regala??

 
At mié abr 26, 01:23:00 a. m. 2006, Anonymous Anónimo said...

A-du-la-do-reees! Jajaja. Va a ser verdad que esto del blog es un ejercicio para el igouu.

Big, no me puedo creer que te leas el Código en un pis pas y no puedas leerte esto :(

Príncipe, no se puede contar todo, hay que dejar parte a la imaginación del lector... Lo que no sé es quién será el siguiente, Alvo, depende de cómo me pille el día. Pensaba en Paloma Ferre, pero no da tanto de sí.

No, en serio, escribo malamente (no voy a decir los defectos que ya los veréis si leeis dos veces XD), precisamente por eso decidí abrir un blog -en principio para mí mismo- como un ejercicio, porque en mi vida había escrito nada antes de llegar al forro. Espero no llegar a lo de las zurraspas, aunque viendo el ritmo que llevo este mes no te digo que no. De escritura, digo, no de falta de mudas, jajaja.

 
At mié abr 26, 10:15:00 p. m. 2006, Blogger Sr Vodka said...

Bueno, cada día me sorprendes más. Tu habilidad para fantasear con famosoides es abrumadora.

y mira tú que esto lo veo yo en guión?

 
At sáb abr 29, 11:37:00 a. m. 2006, Blogger Apañao said...

Pero qué llevaba la Mari en el bolso??. Tendré que contactar con Iker Jimenez para que me desvele el misterio...

 
At dom jun 18, 01:38:00 p. m. 2006, Anonymous Anónimo said...

podrias haber escogido a otra persona, alguien de tu familia quizas.

 

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